El otro


Graciela Pérez, ceramista.
Nuestra idea es retratar a Graciela por un lado, en su taller, con sus herramientas y utilizando sus manos ya que justamente son su herramienta principal. Y por el otro en su casa utilizando también sus manos pero en una situación cotidiana, lavando una de sus piezas ya terminadas.
Por lo tanto, para el taller utilizamos la luz natural de la tarde para dar cierta calidez que para nosotras representa lo artesanal. Nos intereso el clima que se genera en el espacio y en ella mediante las luces y sobras. Si bien queremos ver su mirada, en esta foto decidimos que no, ya que el la luz al darle de frente se quemaba su rostro y se veía cierta incomodes ya que debía cerrar sus ojos. Es decir nuestra idea es poder generar este clima pero con sus ojos mirando al frente.
En cambio en la cocina, si bien también queremos generar sensación de intimidad, utilizamos luz artificial cálida dirigida a su rostro y sus manos. La idea es recuadrarla por medio de la ventana. Si bien todavía el encuadre no nos convence, la seleccionamos para acercarles la idea.










 

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